jueves, 3 de diciembre de 2009

Silencio, Noche y Modernidad

La forma como se vive en la noche nos hace tremendamente modernos. El sonido sordo de la luz eléctrica atravesando las redes y cableados internos de la casa, genera una vibración imperceptible pero presente de alguna manera en el espacio. El paso de la electricidad por cada rincón de la casa, posible gracias a las numerosas conexiones regadas por doquier en las habitaciones, y generalmente en contacto a otro sinnúmero de electrodomésticos, establecen un flujo eléctrico constante que borra todo silencio, desapareciendo la certeza de soledad, y haciendo utópica cierta sensación de vacío perceptible ya solo al irse de la luz. Al mirar el cielo nocturno, sin nubes y sin luz, es posible ver al espacio, olvidar el suelo, y reconocer nuestra ceguera.
Un ápice de belleza ocurre al encender una vela y sentir cercana a la antigüedad de la llama, vinculada a nuestro presente, aunque efímero, desapareciendo nuevamente, ante la bombilla.

1 comentario:

Waiti dijo...

totalmente vedad. la energia que la electricidad posee no se queda encerrada en el cable. Volvamos a las velas.