martes, 26 de octubre de 2010

El goce y la Felicidad

No se puede seguir amando durante trescientos años. Y no se puede seguir esperando, creando, contemplando las cosas durante trescientos años. Es insoportable. Todo se vuelve aburrido. Es aburrido ser malo y aburrido ser bueno... Y entonces se comprende que nada existe realmente... Se está tan cerca de todo. Se puede ver una razón en todo. Para uno, todo tiene algún valor, porque esos pocos años serán insuficientes para satisfacer el afán de goce... Es repugnante pensar en lo feliz que es uno. Y se debe sencillamente a la ridícula coincidencia de que morirá pronto. Se toma un interés semejante al de un simio en todo...

Emilia Makropulos

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