martes, 16 de marzo de 2010

Un bosque de abedules, feijoas y ciruelos


Aquel color es una mezcla de rojo profundo y blanco espeso. Es el color de un cuerpo derretido. Es la mezcla del color de un hueso triturado y una gota de sangre.

Aún no hay esperma en mis pinturas, quizás porque no pinto el movimiento, sino la permanencia. Así fue que descubrí la permanencia de una historia que creí distante e inaprensible. Le he llamado Európita. Y es parte de la historia que me pertenece.

Mi historia es una tierra en la que crece un bosque de abedules, feijoas y ciruelos.

1 comentario:

faer dijo...

a que horas puedo visitar la galería y si es posible conversar acerca de su proyecto?